lunes, noviembre 7

El sol del viernes y mi café


El sol del viernes por la mañana se dio una vuelta por mi ventana y con ese aire de galan coqueto, me regalo un ósculo
mientras el desayuno se enfriaba.

"Si las hojas son doradas, en el sol nació el otoño", se escucho en eco. El sonido retumbo en mi cafe, y este en el lado izquierdo de mi cuello.

Descalza, sentia el vibrato del piso de madera y mirando otra vez a sol de viernes le dije:
 "Con lo que duele la vida sólo en ida muele penas no me pida que camine y me anime a andar la vuelta me voy suelta entre poesía y algún día seré absuelta."

Esa mañana brillo mas de lo debido, y se asomo un poco mas al ventanal y lo ultimo que me dijo fue:
"En los besos que me atan como huellas en las copas se quedo mi boca roja a la espera del suspiro y ahora dejas mi pobre alma en un cuenta gotas"

Luego de su breve despedida me quede casi mortificada en la esquina del sillon, el cafe se habia enfriado y el se habia ido sin tanto drama como estaba acostumbrado.

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