Era el sintoma mas raro de la peor enfermedad,
quien diria que alguien como yo, alguien como yo se podria ilusionar.
Alguien tan seria con sus cosas y estricta con sus sentimientos
alguien recta y discreta hasta un poco indirecta.
Pase 10 minutos conversando con el y 100 mil minutos
pensando en el.
No habia otra opcion que contestar esos mensajes hasta desmayar mis pulgares,
de soñar hasta quedarme sin ovejas por las noches,
y de imaginar unas horas, una tarde, un dia o una semana junto a el.
No habia otra opcion el amor era inevitable y el deseo era opcional.
Pero a todo esto la unica culpable era yo,
que me dejaba enganchar a tal embrujo
que aunque era dulce y vicioso, dejaba escaras a largo plazo.
Hoy donde estaras?
Te empiezo a extrañar.
pero son inutiles los intentos porque de madrugada
mi guitarra y mi voz se ponen de acuerdo para seguir escribiendo canciones absurdas en tu corazón
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