No hay más brillo en tus ojos, ni historias de princesas, dulces, héroes y robots.
No hay más castillos de arena frente al mar,
en su lugar hay redbulls puestas a helar.
Y en el patio donde tú y yo solíamos correr,
no hay nadie corriendo ya.
Donde alguna vez tú y yo, creímos que nada nunca iba a cambiar.
No sé cómo es que terminamos así: siendo el mal ejemplo del que alguna vez nos quisieron alejar.
Soy libre, justo y feliz y estoy bien así. Nunca pensé perderme en esta sociedad. Puedo mezclarme,
pero no pienso cambiar.
¿Cediste al tiempo?
¿Devaluaste tu libertad? Memorizaste los códigos.
domingo, noviembre 14
Uno del montón.
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